La economía y la migración, son los dos temas más importantes de la campaña electoral en Estados Unidos. Pero hay un tercer tema que también se discute en los debates entre republicanos y demócratas, que esta fuera de la inflación y la subida de precios; si bien la inflación esta disminuyendo, no todos los precios están bajando y a esto sumamos los impuestos y los aranceles que se debaten en el campo de la economía. El tercer tema viene a ser el aborto; en EEUU hubo entre 600 mil y 800 mil abortos en el 2019, según el Centro para el Control de Enfermedades, lo que significaría que uno de cada 6 embarazos termina en aborto. Al parecer, muchos toman el aborto como una forma de anticoncepción.
En junio del 2022, la Corte Suprema de Estados Unidos revocó la histórica sentencia conocida como Roe vs Wade que desde 1973 garantizaba el “derecho” al aborto en el país. El presidente Joe Biden (demócrata) criticó firmemente esta sentencia señalándola como un “tremendo error de la Corte Suprema”; lo cierto es, que detrás de esto hay una guerra ideológica, filosófica entre progresistas (demócratas) y conservadores (republicanos). Esta guerra cultural es una lucha de décadas en Estados Unidos; para los conservadores no existe el derecho constitucional al aborto, para los progresistas si es un derecho.
En esta época existen muchos métodos de planificación familiar y de control del embarazo; de manera que la mujer tiene la opción de no quedar embarazada; entonces hablar del aborto como un derecho es como pensar que este es un método de anticoncepción más. Desde mi punto de vista, este no es un tema religioso; es un tema de derechos, pero no solo de la mujer, sino también del concebido. ¿El concebido tiene o no el derecho a vivir? Esta pregunta por el lado de los progresistas, busca una respuesta en la autonomía corporal o en el falso argumento del Derecho Reproductivo; este es mi cuerpo y tengo derecho a matar lo que hay dentro de mi cuerpo, como si se tratase de un apéndice o una vesícula.
El derecho a la vida está plasmado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. El derecho a la vida significa que tenemos la oportunidad de vivir nuestra propia vida, la oportunidad de crecer y trascender; la oportunidad de ser. Sin vida no existen derechos humanos. El concebido tiene el derecho de ser niño, de vivir su infancia, su adolescencia y de ser adulto; tiene la oportunidad de ser el futuro presidente, médico o tal vez un humilde albañil; pero tiene ese derecho de ser. Nadie tiene el derecho de cortar esa vida de manera arbitraria, nadie tiene el derecho de impedir la existencia digna del concebido, de ese ser humano que crece en el vientre materno.
Por otro lado, los demócratas tienen la esperanza de captar el voto de las mujeres partidarias del aborto y obtener mayoría en la Cámara y el Senado. Por el contrario, los republicanos esperan tomar el Congreso y legislar una prohibición federal al aborto; en cualquier caso, continuaremos con esa batalla ideológica después de las próximas elecciones del 5 de noviembre.
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